FERNANDO G. MURIEL
En las últimas semanas, muchos de los que vivimos en las zonas próximas al campo encontramos el ambiente con un olor más bien desagradable debido a la poco generosa práctica que hacen algunos trabajadores del campo de esparcir el purín de los cerdos sobre las parcelas agrícolas como abono, sin importarles las horas o que pueda.
Resulta científicamente comprobado que el esparcimiento del purín o el estiércol de forma aérea, a la larga viene siendo perjudicial para los terrenos ya que acaba quemándolas, por lo que los expertos aconsejan, y en algunos lugares obligan a que las parcelas que se traten con este abono originado por los excrementos del ganado porcino se inyecten directamente en el terreno, con lo que además de beneficiar los resultados que se persiguen con este tratamiento.
De igual forma con este tratamiento se evita el mal olor, lo que además supone una mejora ambiental de la zona en la que tanto quien utiliza estos métodos como sus vecinos podrían ver mejorada su calidad de vida.
Es desagradable que por culpa de malos profesionales, quienes residen en las proximidades de parcelas agrícolas en las que se realizan malas prácticas agrarias, todos tengan que sufrir unos aromas bastante poco agradables.
En las últimas semanas, muchos de los que vivimos en las zonas próximas al campo encontramos el ambiente con un olor más bien desagradable debido a la poco generosa práctica que hacen algunos trabajadores del campo de esparcir el purín de los cerdos sobre las parcelas agrícolas como abono, sin importarles las horas o que pueda.
Resulta científicamente comprobado que el esparcimiento del purín o el estiércol de forma aérea, a la larga viene siendo perjudicial para los terrenos ya que acaba quemándolas, por lo que los expertos aconsejan, y en algunos lugares obligan a que las parcelas que se traten con este abono originado por los excrementos del ganado porcino se inyecten directamente en el terreno, con lo que además de beneficiar los resultados que se persiguen con este tratamiento.
De igual forma con este tratamiento se evita el mal olor, lo que además supone una mejora ambiental de la zona en la que tanto quien utiliza estos métodos como sus vecinos podrían ver mejorada su calidad de vida.
Es desagradable que por culpa de malos profesionales, quienes residen en las proximidades de parcelas agrícolas en las que se realizan malas prácticas agrarias, todos tengan que sufrir unos aromas bastante poco agradables.
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