martes, 26 de octubre de 2010

La Torre de los Ajedreces

La Guía de la Cámara
La Cámara Oficial de Comercio e Industria de Arévalo, tiene previsto publicar una Guía de Establecimientos que se editará en dos canales. Por una parte se imprimirá un catálogo en el que aparezca el nombre y varias características de los comercios que quieran aparecer en la guía, mientras que en la página web de la institución aparecerán todos los establecimientos inscritos en la campaña.
Todo lo que sea publicitar y promocionar a los establecimientos comerciales e industriales de la ciudad, por parte de la Cámara, no sólo es acertado, sino que también es una de las actividades que debe realizar esta institución, a la que además todos los comercios e industrias de la ciudad tienen que pertenecer de forma obligatoria.
Lo que no resulta lógico es que esta institución publique una guía en la que no aparezcan todos los establecimientos que de forma forzosa tienen que aportar su cuota para la financiación de la Cámara Oficial de Comercio, sino que en una guía de un estamento oficial, sólo aparezca el listado de los que voluntariamente pagan 20 euros para aparecer en la misma.
Mientras, la Cámara de Comercio, en vez de promocionar a TODOS sus electores, despilfarra el dinero en concursos de pintura o premios literarios, actividades que nada tienen que ver con la labor que tienen que hacer estas instituciones a las empresarios o trabajadores autónomos del comercio, de la hostelería, de la industria, del transporte, de la construcción, etcétera tienen que pagar una cuota de forma obligatoria.
En esta ocasión la Cámara no publica revistas de autopromoción sobre la labor que realizan los miembros que forman parte de su comité ejecutivo o de su pleno corporativo. Tampoco edita libros sobre estudios económicos libros cuya temática traspasa los límites de actuación de la cámara arevalense.
Esta vez acierta con la temática, la promoción de las empresas que hacen que tenga razón de ser esta institución centenaria. Pero erran con la forma de hacerlo. No se puede pedir dinero a quienes imperativamente tienen que pagar un tributo por aparecer en la guía de la que forman parte. La Cámara no puede funcionar como una editorial de guías empresariales. No debe ser una agencia de publicidad. Y por supuesto, un organismo oficial, no puede publicar una guía para lucrarse con en la que se beneficie a quienes paguen por aparecer en ella, en perjuicio de quienes no lo hagan.
FERNANDO GÓMEZ MURIEL