FERNANDO G. MURIEL
El origen del accidente ferroviario registrado en las inmediaciones de la estación de Arévalo la madrugada del 26 de marzo de 2010, en el que se vieron implicados dos trenes y en el que perdió la vida uno de los maquinistas, se produjo por un fallo técnico, según se desprende del informe elaborado por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios de ADIF, hecho público por el Ministerio de Fomento.
Este informe, que es el resultado final de la investigación del accidente, señala que el siniestro "tuvo su origen en un fallo técnico en las instalaciones de seguridad" y más concretamente, "en la señalización fija".
El fallo en la señalización, según el informe, "fue producido por los cambios en el enclavamiento de la estación de Arévalo para la realización de pruebas".
Esos trabajos de prueba, que implicaban el corte de fluido eléctrico durante varios minutos, "consistían en la instalación de nuevas tarjetas y software, para la futura puesta en servicio de bloqueo automático banalizado en el trayecto".
Los trabajos de prueba, que alteraron el normal funcionamiento de las señales durante algún tiempo, propiciaron que el maquinista del segundo convoy prosiguiera la marcha ante una indicación de vía libre, unido a que ambos trenes llegaron a la estación de Arévalo con cerca de tres horas de retraso fueron, según la Comisión de Investigación, las causas del siniestro.
El origen del accidente ferroviario registrado en las inmediaciones de la estación de Arévalo la madrugada del 26 de marzo de 2010, en el que se vieron implicados dos trenes y en el que perdió la vida uno de los maquinistas, se produjo por un fallo técnico, según se desprende del informe elaborado por la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios de ADIF, hecho público por el Ministerio de Fomento.
Este informe, que es el resultado final de la investigación del accidente, señala que el siniestro "tuvo su origen en un fallo técnico en las instalaciones de seguridad" y más concretamente, "en la señalización fija".
El fallo en la señalización, según el informe, "fue producido por los cambios en el enclavamiento de la estación de Arévalo para la realización de pruebas".
Esos trabajos de prueba, que implicaban el corte de fluido eléctrico durante varios minutos, "consistían en la instalación de nuevas tarjetas y software, para la futura puesta en servicio de bloqueo automático banalizado en el trayecto".
Los trabajos de prueba, que alteraron el normal funcionamiento de las señales durante algún tiempo, propiciaron que el maquinista del segundo convoy prosiguiera la marcha ante una indicación de vía libre, unido a que ambos trenes llegaron a la estación de Arévalo con cerca de tres horas de retraso fueron, según la Comisión de Investigación, las causas del siniestro.