FERNANDO G. MURIEL
El consejero de Educación, Juan José Mateos, manifestó que un total de 40.000 escolares del medio rural, se trasladan cada día por las diferentes carreteras de las nueve provincias de Castilla y León a través de 1.980 rutas de transporte escolar programadas cada curso.
El transporte escolar está regulado que el máximo de tiempo seas de una hora para cada sentido del viaje, a pesar de que hay excepciones debidamente justificadas ante las autoridades educativas. Los autobuses deben de tener menos de 10 años, o en su caso hasta 16 años siempre y cuando haya sido utilizado para este servicio antes de los 10 años. Incluso cuando más de la mitad de los ocupantes tengan una edad de menos de 12 años, se necesita un acompañante.
El consejero de Educación, Juan José Mateos, manifestó que un total de 40.000 escolares del medio rural, se trasladan cada día por las diferentes carreteras de las nueve provincias de Castilla y León a través de 1.980 rutas de transporte escolar programadas cada curso.
El transporte escolar está regulado que el máximo de tiempo seas de una hora para cada sentido del viaje, a pesar de que hay excepciones debidamente justificadas ante las autoridades educativas. Los autobuses deben de tener menos de 10 años, o en su caso hasta 16 años siempre y cuando haya sido utilizado para este servicio antes de los 10 años. Incluso cuando más de la mitad de los ocupantes tengan una edad de menos de 12 años, se necesita un acompañante.
Nueve años sin accidentes
A pesar de la cantidad niños que utilizan diariamente los servicios del transporte escolar, y del gran número de rutas que hay en castilla y León, son muy escasos los accidentes que se producen. Según fuentes de la Consejería de Educación, para recordar el anterior hay que remontarse nueve años, en concreto hasta el día 19 de febrero de 2003, cuando murió el conductor de un autobús escolar que colisionó contra un vehículo articulado en la localidad salmantina de Calvarrasa de Abajo.
Otro accidente con víctimas infantiles se produjo el 6 de julio de 2000. En este caso veintitrés niños y cinco adultos perdieron la vida al colisionar el autobús en el que viajaban contra un camión que transportaba ganado en el término municipal de Golmayo, en la provincia de Soria. En este caso no se trataba de una ruta de transporte escolar, ya que se trataba de niños que se dirigían desde Barcelona a un campamento de verano de Aranda de Duero.
Para remontarse a accidentes de transporte escolar hay que trasladarse al 10 de abril de 1979, cuando murieron 48 personas, 44 de ellas niños, cuando un autobús escolar derrapó y cayó al río Órbigo a su paso por Santa Cristina de la Polvorosa en Zamora. También el 21 de diciembre de 1978, treinta niños y un adulto fallecían al ser arrollado el autobús en el que viajaban por una máquina de tren arrolló en un paso a nivel próximo a Muñoz en Salamanca.
A pesar de la cantidad niños que utilizan diariamente los servicios del transporte escolar, y del gran número de rutas que hay en castilla y León, son muy escasos los accidentes que se producen. Según fuentes de la Consejería de Educación, para recordar el anterior hay que remontarse nueve años, en concreto hasta el día 19 de febrero de 2003, cuando murió el conductor de un autobús escolar que colisionó contra un vehículo articulado en la localidad salmantina de Calvarrasa de Abajo.
Otro accidente con víctimas infantiles se produjo el 6 de julio de 2000. En este caso veintitrés niños y cinco adultos perdieron la vida al colisionar el autobús en el que viajaban contra un camión que transportaba ganado en el término municipal de Golmayo, en la provincia de Soria. En este caso no se trataba de una ruta de transporte escolar, ya que se trataba de niños que se dirigían desde Barcelona a un campamento de verano de Aranda de Duero.
Para remontarse a accidentes de transporte escolar hay que trasladarse al 10 de abril de 1979, cuando murieron 48 personas, 44 de ellas niños, cuando un autobús escolar derrapó y cayó al río Órbigo a su paso por Santa Cristina de la Polvorosa en Zamora. También el 21 de diciembre de 1978, treinta niños y un adulto fallecían al ser arrollado el autobús en el que viajaban por una máquina de tren arrolló en un paso a nivel próximo a Muñoz en Salamanca.