lunes, 6 de octubre de 2008

La iglesia de San Nicolás ya está incluida en la Lista Roja del Patrimonio

FERNANDO G. MURIEL
Hispania Nostra, a instancias de la campaña que ha promovido la asociación de cultura y patrimonio ‘La Alhóndiga de Arévalo’ ha incluido en la Lista Roja del Patrimonio a la iglesia de San Nicolás de Bari de Arévalo, debido al avanzado estado de ruina en el que se encuentra el templo.
La asociación, constituida el pasado verano, inició una campaña en el mesd de agosto con el fin de que se incluyera tanto la
iglesia de San Nicolás de Bari como el edificio que albergaba las dependencias del antiguo colegio de los Jesuitas, al considerar que reúnen las condiciones necesarias para ser incluidos en una lista que recoge aquellos elementos del Patrimonio Histórico español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
‘La Alhóndiga de Arévalo’ considera un éxito la inclusión de esta iglesia en la Lista Roja del Patrimonio, ya que según se puede apreciar, lo que fue antiguo templo del Colegio de los Jesuitas, que data de finales del siglo XVI, se encuentra en ‘un avanzado estado de ruina, y además existe un grave riesgo de derrumbamiento total del edificio por el deterioro progresivo de las cubiertas y la aparición de grandes grietas en los muros, a pesar de que desde el exterior se pueda apreciar como la fachada neoclásica de piedra se mantiene sin problemas’.
No obstante para ’La Alhóndiga de Arévalo’, la inclusión del monumento en esta enumeración supone sólo el inicio de la campaña para la verdadera recuperación del templo, ya que con la aparición en el catálogo de monumentos en peligro, se da a conocer a un nivel más amplio el estado de ruina, así como sacar los colores a los responsables de que este vestigio de nuestro pasado vuelva a su esplendor.
Historia del Colegio
La iglesia, que estuvo bajo la advocación de Santiago Apóstol hasta la expulsión de los Jesuitas de la ciudad en marzo de 1793, es de planta típicamente jesuítica, con hermosas bóvedas barrocas y un crucero con cúpula. La portada es de piedra de granito con arco grecorromano. En ella se veneraron durante mucho tiempo los restos de San Victorino, hasta que éstos fueron trasladados a la Iglesia de Santo Domingo, ya que fueron los jesuitas quienes trajeron los restos del Patrón a Arévalo.
La construcción de los estudios del Colegio comenzó en 1593 y en 1595, las primeras clases. En 1602 finaliza la construcción de la iglesia y el segundo claustro. Los benefactores del centro fueron Hernán Tello de Guzmán y Quiñones y su esposa, quienes al no tener descendencia, decidieron donar su enorme patrimonio a una orden religiosa que, quizás en recuerdo del paso de San Ignacio de Loyola por la ciudad, fue la Compañía de Jesús. A finales del S.XVI es cuando esta congregación comienza a recibir todos los bienes del matrimonio y se funda el Colegio de Santiago, de la Compañía de Jesús. Los restos de los fundadores fueron entonces trasladados a la iglesia del colegio en cumplimiento de los deseos expresados en su testamento.

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