ACOR, que cuenta en las comarcas de Tierra de Arévalo y La Moraña con cerca de 2.000 socios, ha celebrado en el espacio cultural de la iglesia de San Martín, una asamblea en la que particviciparon cerca de 300 cooperativistas de la sociedad agropecuaria.
La asamblea, en la que participaron el presidente de la sociedad, Juan Carlos Rico y el director general Julio del Río, se puso de manifiesto la importancia de la colza y el girasol como dos cultivos que pueden ofrecer gran rentabilidad a los agricultores de la zona, ya que sus beneficios en regadío podrían alcanzar entre los 900 y 1.000 euros por hectárea.La apuesta de ACOR en su factoría de Olmedo por la producción de biodiésel que se consigue a partir de la reacción entre aceites de colza y girasol con metanol y metilato sódico como catalizador ha convertido a la cooperativa en la primera sociedad en el mundo que dispone de una planta en la que se elabora el producto desde la transformación de la materia prima.
La cooperativa ACOR, al igual que desde sus inicios ha contado con los agricultores de la comarca de Arévalo para la molturación de la remolacha, ahora sigue contando con ellos para la puesta en marcha de su proyecto del siglo XXI, la producción del biodiesel, puesto que el campo de la zona cuenta con un futuro en los cultivos de regadío con la puesta en marcha en pocos años del sistema de Las Cogotas, que permitirá rentabilizar el cultivo de estas dos oleaginosas parala creación del biodiesel.
Por otra parte desde la cooperativa se sigue apostando por la remolacha como un cultivo para la zona, a pesar de que la reforma de la OCM del azúcar ha hecho que ete cultivo vaya aminorando no sólo en la zona de Arévalo, sino en Europa, y cuya rentabilidad en la zona de Arévalo podrá seguir siendo una realidad debido a su estabilidad.
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