lunes, 24 de noviembre de 2008

Los AMPAS de la ciudad homenajean a Tinita con motivo de su jubilación

FERNANDO G. MURIEL
Cientos de niños de Arévalo y comarca han pasado durante casi cuatro décadas por las manos de la doctora Agustina Barbero Ungría, Tinita, quien ha ejercido desde hace 39 años su profesión en la misma ciudad en la que nació, Arévalo y en la que al cumplir la edad reglamentaria abandona su labor profesional, eso si,
acompañada de decenas de niños, y de padres, muchos de los cuáles también fueron años atrás pacientes suyos.
Las Asociaciones de Madres y Padres de los centros públicos y concertados de la ciudad, quisieron rendir un emotivo homenaje para reconocer la dedicación que Tinita ha tenido siempre para con los pequeños arevalenses de las últimas generaciones, tanto por su labor profesional como por esa ternura y humanidad, para con los que ella denomina “sus niños”.
Los responsables de las AMPAS, cuando tuvieron conocimiento de la jubilación de la pediatra de la ciudad, se unieron para realizar una fiesta, que prepararon a modo de sorpresa y para la que contaron con el apoyo del Ayuntamiento, con el único fin de dar las gracias a esta pediatra por dedicar su vida a los más pequeños de la ciudad.
En el acto la teniente de alcalde responsable del área de Cultura, Sonsoles Arroyo Fragua, habló sobre la pediatra homenajeas, con unas palabras que emocionaron no sólo a la homenajeada, sino también a las cerca de 300 personas, en su mayoría niños, que se congregaron en el auditorio municipal de la Casa del Concejo para la celebración del acto festivo. Con posterioridad varios niños le hicieron entrega de una rosa roja. Más tarde, otros jóvenes la hicieron entrega de una placa conmemorativa que rezaba: «A Agustina Barbero, en agradecimiento a toda una vida dedicada a los niños y niñas de Arévalo». Finalmente una joven leyó un poema que bajo el título “Recuerdos de la infancia”, había escrito una madre para la pediatra. El acto finalizó con una merienda
Tinita, en su alocución manifestó sentirse “«emocionada y muy satisfecha por el trabajo que he realizado hasta ahora”, una labor de la que guardará para sí miles de recuerdos que siempre le ha vinculado con “tantos y tantos niños a los que ha visto crecer, ha pasado malos ratos con los sufrimientos de muchos, ha admirado la capacidad para soporta los malos momentos, pero que también ha disfrutado de cómo salían hacia delante en sus vidas.

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