FERNANDO G. MURIEL
UPA lamenta que el Tribunal de Defensa de la Competencia haya perdido una ocasión inmejorable para mostrarse contundente contra los habituales abusos de posición de dominio de la industria de girasol frente a los agricultores.
En este sentido, la organización ha recibido con decepción la última resolución del Tribunal, concretamente del 26 de noviembre de 2008, archivando las actuaciones solicitadas por UPA Castilla y León, tras la demanda interpuesta por la organización contra determinadas empresas extractoras de aceite de girasol, que operan en la región fijación de precios.
UPA acata la resolución pero no comparte los fundamentos que argumenta el Tribunal de Competencia. Bajo nuestro punto de vista las facturas que en su día aportó la organización son suficientemente relevantes sobre la presumible concertación de precios entre las empresas extractoras de aceite.
Además consideran sorprendente que el Tribunal avale como argumento que determinados almacenistas y extractores si habrían realizado los análisis oportunos, aplicando las correspondientes penalizaciones por desvíos de calidad a la baja, cuando es conocido por el conjunto del sector que en ningún caso se realizan dichos análisis en la mercancía que entregan los agricultores.
Al respecto, UPA considera que el TDC debería intervenir tomando medidas que favorezcan la competencia y eviten situaciones que son ilícitas, como es por ejemplo que las extractoras indiquen valores de calidad en las facturas sobre unos análisis que no se realizan (grasa, humedad e impurezas), que por otro lado jamás pueden ser comprobados ni contrastados por los cultivadores, al no llevarse a efecto.
Ante esta evidencia, UPA no parará en su empeño de seguir denunciando su más absoluto rechazo a la actitud especulativa que ejercen las empresas extractoras de girasol. Una práctica que no es nueva, porque en los últimos años desde la organización hemos tenido que denunciarlo en varias ocasiones, ya que nada tiene que ver el precio de cotización de las pipas con el del aceite de girasol.
De hecho en la última campaña, UPA se ha visto obligada a recordar que mientras el precio del aceite de girasol ha subido un 40 por ciento al consumidor, el precio que ha percibido el agricultor por las pipas se ha reducido un 30 por ciento.
Finalmente UPA pide un esfuerzo especial al Tribunal de Defensa de la Competencia para que ampare a todos los ciudadanos y colectivos por igual, teniendo en cuenta que la fijación de precios por imposición constituye una de las infracciones más graves de las normas de competencia.
UPA lamenta que el Tribunal de Defensa de la Competencia haya perdido una ocasión inmejorable para mostrarse contundente contra los habituales abusos de posición de dominio de la industria de girasol frente a los agricultores.
En este sentido, la organización ha recibido con decepción la última resolución del Tribunal, concretamente del 26 de noviembre de 2008, archivando las actuaciones solicitadas por UPA Castilla y León, tras la demanda interpuesta por la organización contra determinadas empresas extractoras de aceite de girasol, que operan en la región fijación de precios.
UPA acata la resolución pero no comparte los fundamentos que argumenta el Tribunal de Competencia. Bajo nuestro punto de vista las facturas que en su día aportó la organización son suficientemente relevantes sobre la presumible concertación de precios entre las empresas extractoras de aceite.
Además consideran sorprendente que el Tribunal avale como argumento que determinados almacenistas y extractores si habrían realizado los análisis oportunos, aplicando las correspondientes penalizaciones por desvíos de calidad a la baja, cuando es conocido por el conjunto del sector que en ningún caso se realizan dichos análisis en la mercancía que entregan los agricultores.
Al respecto, UPA considera que el TDC debería intervenir tomando medidas que favorezcan la competencia y eviten situaciones que son ilícitas, como es por ejemplo que las extractoras indiquen valores de calidad en las facturas sobre unos análisis que no se realizan (grasa, humedad e impurezas), que por otro lado jamás pueden ser comprobados ni contrastados por los cultivadores, al no llevarse a efecto.
Ante esta evidencia, UPA no parará en su empeño de seguir denunciando su más absoluto rechazo a la actitud especulativa que ejercen las empresas extractoras de girasol. Una práctica que no es nueva, porque en los últimos años desde la organización hemos tenido que denunciarlo en varias ocasiones, ya que nada tiene que ver el precio de cotización de las pipas con el del aceite de girasol.
De hecho en la última campaña, UPA se ha visto obligada a recordar que mientras el precio del aceite de girasol ha subido un 40 por ciento al consumidor, el precio que ha percibido el agricultor por las pipas se ha reducido un 30 por ciento.
Finalmente UPA pide un esfuerzo especial al Tribunal de Defensa de la Competencia para que ampare a todos los ciudadanos y colectivos por igual, teniendo en cuenta que la fijación de precios por imposición constituye una de las infracciones más graves de las normas de competencia.
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