lunes, 25 de enero de 2010

La afición taurina de Arévalo se interesó por el desarrollo de la fiesta en Francia

FERNANDO G. MURIEL
La segunda de las jornadas organizada por la Peña Taurina Arevalense trataron sobre ‘Los toros en Francia’. En la charla, en la que estuvieron presentes el matador de toros, fotógrafo, periodista y apoderado André Viard; el novillero Patrick Oliver; el director de la plaza de toros de Bayona Olivier Baratchart y el cirujano Jean Michelle Gouffrant, quien repetía cita tras su conferencia en solitario en la inauguración del ciclo. El debate estuvo moderado por Jean Louise Haurat, corresponsal de la revista Aplausos en el sur de Francia.
El director de la plaza de toros de Bayona, Olivier Baratchart, argumentó en su intervención que en el mundo del toro hay que involucrar a todo el mundo, también a la clase política. De igual forma se manifestó a favor de que ambiente taurino debe durar durante todo el año, algo que a su entender en Arévalo realiza gracias a la labor de la Peña Taurina Arevalense. Adentrándose en la fiesta en el país galo, manifestó que allí es más democrática, al considerar que allí se hace más caso al aficionado en la toma decisiones, lo ha facilitado que los políticos aficionados lo reconozcan.
André Viard explicó que la diferencia entre la fiesta del toro en España y la de Francia radica en que en el país vecino se trata como algo cultural, mientras que en España es un espectáculo, cuya reglamentación históricamente ha dependido del Ministerio del Interior. Manifestó que en Francia, cada paso que se da es con vista a su dimensión cultural. El ahora periodista, manifestó que mata su gusanillo de torero lidiando una vez al año, en festivales, sin embargo está involucrado en una publicación especializada y a partir de febrero se implicará en la distribución.
El novillero francés Patrick Oliver, habló de las diferencias de su trabajo como lidiador en las plazas de Francia y en los cosos españoles. Tras la disertación de los ponentes, se produjo un animado coloquio entre los ponentes y el público, que una vez más llenaba la iglesia de san Martín, en su interés por la tauromaquia.

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