sábado, 17 de septiembre de 2011

UPA y COAG mantienen una reunión en la Consejería de Agricultura para pedir que el agua de Las Cogotas llegue a San Vicente de Arévalo

FERNANDO G. MURIEL
Dirigentes de los sindicatos agrarios UPA y COAG de Ávila, junto a agricultores del término municipal de San Vicente de Arévalo mantuvieron ayer en Valladolid una reunión con el director general de Producción Agropecuaria y Desarrollo Rural, Jesús María Gómez Sanz con el fin de pedir de forma formal de que se amplíe el regadío de las Cogotas a la citada localidad.
Los agricultores morañegos han valorado positivamente la reunión al detectado por parte de los responsables de la Junta disponibilidad e interés para sacar adelante esta petición. De hecho, según UPA y COAG, el director general se ha comprometido a realizar un estudio de viabilidad para el desarrollo del futuro plan de riego que conllevaría la reconcentración parcelaria.
Las organizaciones que forman la Alianza por la Unidad del Campo han manifestado al representante del Gobierno regional la viabilidad del proyecto teniendo en cuenta que actualmente se riega algo menos de 6.000 hectáreas de la comarca de La Moraña, y que todos los sectores proyectados suman una superficie de 7.500 hectáreas. Además se cuenta con el importante avance de que San Vicente de Arévalo cuenta con una balsa de regulación ya construida.
El director general ha escuchado atentamente los argumentos esgrimidos por UPA y COAG, que apuntan a las enormes posibilidades de futuro que tendría el regadío público para un municipio que ha contado históricamente con productores muy profesionales. Ambas organizaciones agrarias hemos expuesto la necesidad de que conjuntamente Administraciones, Opas y Comunidad de Regantes trabajen al unísono para lograr el objetivo final.
Por otra parte UPA y COAG de Ávila han aprovechado esta reunión para reclamar al Gobierno regional que se encargue de las deficiencias aparecidas en varios tramos de la red de distribución de agua de Las Cogotas, en los sectores 1 y 4, a pesar de que llevan tan solo un año de funcionamiento.
La sustitución de estas tuberías por otras adecuadas a las necesidades de esta infraestructura, podrían suponer un coste cercano a los tres millones de euros que los regantes no están dispuestos a pagar, ya que los problemas de roturas no se deben al desgaste por el uso, sino a un cálculo inadecuado o a una mala planificación y ejecución de las obras.