Plaza de toros de Arévalo. Lleno de no hay billetes. Toros de Domingo Hernández (1º, 2º, 3º y 6) y Garcigrande (4º, 5º y 5º bis).Bien presentados; el primero, segundo y sextos aplaudidos en el arrastre y el cuarto premiado con la vuelta al ruedo.
Rivera Ordóñez, Paquirri: oreja y dos orejas.
El Juli: dos orejas y dos orejas.
José María Manzanares: oreja y oreja.
Rivera Ordóñez, Paquirri: oreja y dos orejas.
El Juli: dos orejas y dos orejas.
José María Manzanares: oreja y oreja.
FERNANDO G. MURIEL
Rivera Ordóñez, 'Paquirri', en el que abrió la plaza, un toro de Domingo Hernández, tuvo un toro noble pero flojo se fuerza por lo que lo más importante de su faena fueron los tres pares de banderillas, donde tras el último al violín, seganó el favor de un público, con ganas de disfrutar de la tarde, contestando con adornos, circulares y toreo accesorio, aunque no pudo llegar a ligar series de muletazos. Mató de media estocada tendida y un descabello. El público le premió pidiendo la oreja que finalmente paseó. En su segundo, tras recibirlo con una larga cambiada en el tercio y un ramillete de verónicas cadenciosas, tras brindar al público, consiguió buenas tandas de muletazos interesantes con más quietud y temple que ante su primero. Finiquitó al animal de estocada entera y descabello por lo que cortó las dos orejas. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo.
El Juli, en el segundo de Domingo Hernández, lidió un toro noble al que pronto le pudo tomar la medida con el capote. Tras brindar al público, comenzó el trasteo por el pitón derecho por donde llegó lo mejor de la faena. El toro fue a más, noble, repetidor y suave y Juli lo llevó largo y templado, rematando con pases de pecho muy ajustados. Por el izquierdo acortaba y quiso rajarse al final de la faena. Mató de estocada en todo lo alto y descabello y su faena fue premiada por la presidencia con las dos orejas
El quinto, sobrero de Garcigrande, tras la lesión muscular del quie le tocó en suerte, también del mismo hierro, fue un toro noble, pero corto en la embestida. Empiezó la faena en los medios, toreando muy bien por ambas manos, basando su labor sobre todo en naturales y derechazos ovacionado por los tendidos. Inició la faena por alto sin violentarlo y tras darle sitio ligó una primera tanda por el pitón derecho a media altura en los medios. Tras una larga y bonita faena rematada con una estocada, perfecta, desorejó a su enemigo parseando también las dos apéndices.
El tercero fue para José María Manzanares, un toro brusco de hechuras pero que metió bien la cara en el capote. Enseguida lo sacó a los medios y a base de oficio le sacó una faena interesante, haciéndole humillar para conseguir varios tandas de buena factura. Mató de una gran estocada en todo lo alto. El presidente le concedió la oreja solicitada por el público.
Con el que cerró la plaza, un toro difícil en la embestida que iba a su aire, el alicantino se trabajó la faena a base de esfuerzo, muy libre en el tercio de banderillas, ya en el último, pudo ir hilvanando los muletazos tratando de corregirle el defecto de salir rebrincado de la suerte. Le faltaron los finales al de Domingo Hernández y eso deslució la labor de Manzanares, que imprimiendo poder consiguió meterlo en la muleta. Una gran estocada cerró el festejo por lo que fue premiado con una oreja, y salir junto a sus compañeros a homnbros por la puerta grande.
El Juli, en el segundo de Domingo Hernández, lidió un toro noble al que pronto le pudo tomar la medida con el capote. Tras brindar al público, comenzó el trasteo por el pitón derecho por donde llegó lo mejor de la faena. El toro fue a más, noble, repetidor y suave y Juli lo llevó largo y templado, rematando con pases de pecho muy ajustados. Por el izquierdo acortaba y quiso rajarse al final de la faena. Mató de estocada en todo lo alto y descabello y su faena fue premiada por la presidencia con las dos orejas
El quinto, sobrero de Garcigrande, tras la lesión muscular del quie le tocó en suerte, también del mismo hierro, fue un toro noble, pero corto en la embestida. Empiezó la faena en los medios, toreando muy bien por ambas manos, basando su labor sobre todo en naturales y derechazos ovacionado por los tendidos. Inició la faena por alto sin violentarlo y tras darle sitio ligó una primera tanda por el pitón derecho a media altura en los medios. Tras una larga y bonita faena rematada con una estocada, perfecta, desorejó a su enemigo parseando también las dos apéndices.
El tercero fue para José María Manzanares, un toro brusco de hechuras pero que metió bien la cara en el capote. Enseguida lo sacó a los medios y a base de oficio le sacó una faena interesante, haciéndole humillar para conseguir varios tandas de buena factura. Mató de una gran estocada en todo lo alto. El presidente le concedió la oreja solicitada por el público.
Con el que cerró la plaza, un toro difícil en la embestida que iba a su aire, el alicantino se trabajó la faena a base de esfuerzo, muy libre en el tercio de banderillas, ya en el último, pudo ir hilvanando los muletazos tratando de corregirle el defecto de salir rebrincado de la suerte. Le faltaron los finales al de Domingo Hernández y eso deslució la labor de Manzanares, que imprimiendo poder consiguió meterlo en la muleta. Una gran estocada cerró el festejo por lo que fue premiado con una oreja, y salir junto a sus compañeros a homnbros por la puerta grande.