jueves, 15 de septiembre de 2011

Las comarcas de Tierra de Arévalo y La Moraña celebraron la tradicional Romería en honor al Cristo de los Pinares

FERNANDO G. MURIEL
Un año más la fecha del catorce de septiembre ha hecho que varios miles de habitantes de las comarcas de Tierra de Arévalo y La Moraña se hayan acercado a la ermita del Cristo de los Pinares situada en el término de la localidad de San Vicente de Arévalo para participar de la tradicional y popular romería que se celebra la tradicional en honor a esta advocación de Jesucristo con motivo de la celebración de la festividad de la exaltación de la Santa Cruz.

Desde primeras horas de la mañana, en muchos pueblos de la comarca se concentraban vecinos para acudir en peregrinación al santuario para celebrar la fiesta, tanto de las localidades que tradicionalmente han disputado a San Vicente de Arévalo la propiedad de la imagen como Nava de Arévalo, Pedro Rodríguez o Tiñosillos, cuyos términos coinciden en las proximidades de la iglesia, sino de puntos más distantes como Arévalo, Pajares de Adaja, Riocabado, Langa, entre otros que distan entre 15 o 20 kilómetros de la ermita, han madrugado para acudir caminando.
La devoción por este Cristo y su fama milagrera queda patente en el “Cuarto de las Ofrendas”, en el que centenares de objetos y recuerdos se exponen símbolo de dádivas y regalos que han ofrecido como agradecimiento a una enfermedad curada, una oposición aprobada, etcétera.
Durante la jornada se celebraron tres misas la primera de ellas tuvo lugar a partir de las nueve de la mañana, otra una hora después y la celebración solemne a partir de las doce y media del medio día tras la cual le imagen del Cristo de los Pinares, salió en procesión alrededor de la ermita.
Procesión de las Uvas
Durante la procesión muchos devotos bailaron jotas alrededor de la imagen pero lo más destacado fue que en cada parada de la procesión, muchos padres subieron a sus hijos a las andas, para que cogieran las uvas bendecidas que con anterioridad habían ofrecido al Cristo de los Pinares para que los guareciera bajo su auspicio.
Al final de la procesión tuvo lugar la subasta de las ofrendas que los devotos han realizado con anterioridad a la cofradía del Cristo para recaudar fondos para que se puedan mantener tanto la ermita como la fiesta.
En las praderas y pinares próximos a la ermita estaban dispuestas las atracciones para los más pequeños así como kioscos de dulces ropas y otros productos. Por la tarde se celebró una verbena popular en la campa que está junto a la ermita y ya por la noche en el casco urbano de San Vicente de Arévalo se celebra el baile fin de fiesta que se prolongaba hasta bien entrada la madrugada.