sábado, 7 de julio de 2012

Talavante y El Cid con dos orejas salen por la puerta grande en la plaza de Arévalo en la reaparición de Perera que sólo consiguió un apéndice

FERNANDO G. MURIEL
Plaza de toros de Arévalo.Tres cuartos largos de plaza. Toros de Garcigrande. El Cid: oreja y oreja. Miguel Ángel Perera: oreja y ovación con saludos tras aviso. Alejandro Talavante: ovación con saludos y dos orejas.
Talavante y el Cid salieron por la puerta grande en la feria de San Vitorino de Arévalo de la tarde cortando dos orejas cada uno. Perera, que reaparecía tras recuperarse de la cornada y lesión cervical sufridas en las en la pasada Feria de Hogueras de Alicante, consiguió una oreja del segundo.
En el primer toro El Cid ha estado por encima del toro en todo momento. Ejecutó tres buenas series de muletazos por el lado derecho. Mató de un bajonazo y descabello cortando una una oreja. El toro fue ovacionado en el arrastre.  En el cuarto comenzó la faena sin obligarle demasiado, respetando su altura y dejándolo llegar para acompañarlo con ritmo. Estuvo cómodo el torero componiendo y buscando ir a más. Por el pitón izquierdo el trasteo fue más intermitente. Pinchazo y estocada entera lo que le supuso otra oreja.
Miguel Ángel Perera, en el toro de su reaparición estuvo suelto en los lances. Al toro le faltó fondo y no se entregó en la muleta. El diestro le quiso dar distancia para aprovechar la inercia y alargar el muletazo pero falto transmisión. Asentado y firme buscó las cercanías para el final del trasteo y ahí logro convencer al respetable que tras la estocada entera le premió con un trofeo.
Alejandro Talavante comenzó con verónicas al tercero. Tras una buena faena con la muleta mató de dos pinchazos y media estocada, con lo que sólo consiguió la ovación del respetable. En el sexto in inició su faena con toques precisos que le hicieron que línea recta al principio para romperse en los cambios de mano finales. Tras un toreo preciso le cortó las dos orejas tras matar  con un pinchazo y una estocada.